Defying Gravity es una producción internacional, pero principalmente canadiense, que emite, entre otros, el canal americano ABC.
Por cierto, es una serie de ciencia ficción, pero en una forma, en la que nos encontramos bastante rápidamente los elementos que componen una serie ABC. Primero la música, luego la narración, y finalmente, sobre todo, el aspecto soap totalmente reivindicado y asumido vía el eslogan publicitario: «Grey’s Anatomy In Space».
Una imagen grupal en el SEATTLE GRACE, perdón SEATTLE SPACE…
Hace 10 años, Maddux Donner debió abandonar en Marte a dos de sus colegas astronautas. Mientras que la misión a Venus está a punto de ser lanzada, él se queda en la Tierra, pero tal vez no para mucho tiempo.
Nada muy alentador para los adeptos a la ciencia ficción que nunca tienen sobredosis de viajes espaciales. Afortunadamente, para facilitar el comienzo, nos encontramos a Ron Livingston en el papel principal, lo que ayudará a digerir las facilidades escénicas utilizadas sin vergüenza.
Pero, primero, la historia. Se trata de un viaje de 6 años en el espacio, dirección a Venus. Este primer episodio nos cuenta vagamente, a base de pequeños flashbacks, las relaciones entre los personajes, y por qué Maddux y su amigo Ted, veterano de Marte, están anclados en el pasado. Desde luego, desde el punto de partida sabemos que ambos estarán en esa nave y ese puede ser un problema, porque todo lo que va a producirse converge hacia este fin.
No nos dan ninguna sorpresa. A pesar de esto, podemos ser indulgentes y dejarnos mover por las finas cuerdas que son utilizadas con fuerza en esta serie. Una vez el aspecto espacial completado, podemos ver lo que podría ser la parte «Anatomía de Grey». En líneas generales, son jóvenes, guapos y competentes, pero es su vida privada la que debe de ser expuesta. Tenemos pues a Jen y Rollie, la pareja casada que va a estar separada, a Zoe cuyo aborto será parte integral de su trama, un adepto al porno,…
En esta parte se nos presenta uno de los problemas de la serie, el modo en que la parte Grey se nos muestra es demasiado amanerada y esto no parece funcionar bien. De hecho, los aspectos ciencia y ciencia ficción pierden fuerza en esta parte, siendo utilizados como accesorios más que como motor para los personajes. Por ello el punto de partida queda bastante atenuado, aunque es cierto que podría conquistar a un público no adepto a la ciencia ficción que le gusta más una trama romántica que una nave espacial.
Hay que reconocerle a ABC que no nos mintió sobre el producto y su paralelismo famoso con Anatomía de Grey, porque nos encontramos un esquema narrativo similar, la voz off del principio y fin del episodio y aunque este es un procedimiento demasiado en nuestros días, pero la ventaja aquí es que no es omnipresente. Cambiamos el hospital por el espacio y nos ilusionamos con que la historia va de las relaciones personales porque el arco narrativo de lo que hacen en el espacio queda en el aire demasiado tiempo.
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